El Rey Midas avergonzado, corrió a cubrirse las orejas con un gorro frigio. No quería que nadie se enterase de su desgracia.
Pero su peluquero no tuvo más remedio que enterarse cuando lo fue a visitar para que le cortase el cabello. Midas lo amenazó de muerte si le contaba a una criatura viviente el secreto de sus orejas.
Pero su peluquero no tuvo más remedio que enterarse cuando lo fue a visitar para que le cortase el cabello. Midas lo amenazó de muerte si le contaba a una criatura viviente el secreto de sus orejas.