- ¡Quítate el sombrero, quiero ver tus orejas de burro!
El rey Midas, sorprendido, primero le cortó la cabeza al peluquero y más tarde se mató a si mismo por la vergüenza.
El rey Midas, sorprendido, primero le cortó la cabeza al peluquero y más tarde se mató a si mismo por la vergüenza.