Hace muchos años, y creo que con muy poca razón, porque no había por qué, se oía cantar a alguna persona aquello que muchos recordarán:
Al entrar en Alconchel
lo primero que se ve
son las ventanas abiertas
y la cama si hacer.
Esto es lo que se cantaba, porque desde siempre, es decir, hasta donde me llega la memoria, todas las camas que yo he visto han estado hechas y los suelos barridos y fregados como los chorros del oro. ¡Menudas son las mujeres de Alconchel para que nadie les pueda manchar la oreja!
Muchos besos para todas ellas.
Al entrar en Alconchel
lo primero que se ve
son las ventanas abiertas
y la cama si hacer.
Esto es lo que se cantaba, porque desde siempre, es decir, hasta donde me llega la memoria, todas las camas que yo he visto han estado hechas y los suelos barridos y fregados como los chorros del oro. ¡Menudas son las mujeres de Alconchel para que nadie les pueda manchar la oreja!
Muchos besos para todas ellas.