LA DAMA DEL LAGO
Había una vez una viuda que, habiendo perdido a su esposo en la guerra, vivía en unión de su único hijo. Ambos eran tan trabajadores que, en pocos años, se habían asegurado una existencia holgada, sin que nada les faltase.
Había una vez una viuda que, habiendo perdido a su esposo en la guerra, vivía en unión de su único hijo. Ambos eran tan trabajadores que, en pocos años, se habían asegurado una existencia holgada, sin que nada les faltase.