-No importa. No, es por cierto, la primera vez que un mortal se casa con un hada.
La muchacha dudó unos momentos y luego contestó:
-Bien, estoy dispuesta a ser tu esposa; pero con una condición.
-Habla amor mío. Por ti, estoy dispuesto a todo.
La muchacha dudó unos momentos y luego contestó:
-Bien, estoy dispuesta a ser tu esposa; pero con una condición.
-Habla amor mío. Por ti, estoy dispuesto a todo.