Los ancianos que eran muy amables no dudaron en invitarla a dormir.
Esa noche los tres conversaron y ella les contó que no tenía casa a donde ir ni familia con quien estar. Los ancianos le propusieron: " ¡Queremos que seas nuestra hija!"
Ella se puso muy contenta. Al rato los tres se fueron a descansar.
Al día siguiente, la chica se levantó muy temprano para preparar el desayuno, pero no había ni arroz ni nada
Esa noche los tres conversaron y ella les contó que no tenía casa a donde ir ni familia con quien estar. Los ancianos le propusieron: " ¡Queremos que seas nuestra hija!"
Ella se puso muy contenta. Al rato los tres se fueron a descansar.
Al día siguiente, la chica se levantó muy temprano para preparar el desayuno, pero no había ni arroz ni nada