- ¿Por qué? ¿Qué tiene? –contestó el otro.
-La culpa la tiene un
árbol de su
jardín. -volvió a decir el primero.
El anciano al escuchar eso decidió ir a la
casa del millonario.
-Quiero salvar a su hija", -dijo el anciano al millonario-. ¿Puedo quedarme esta
noche en su casa?