- ¿Qué deseas, hermoso doncel? -le preguntaron.
-Una plaza de pastor, sólo por la comida.
-Eres demasiado apuesto para eso -le contestaron.
Y le dieron con la puerta en las narices.
Por fin halló en las afueras del pueblo una casa de labranza de blancas paredes, donde llamó y salió a abrirle una linda muchacha.
-Una plaza de pastor, sólo por la comida.
-Eres demasiado apuesto para eso -le contestaron.
Y le dieron con la puerta en las narices.
Por fin halló en las afueras del pueblo una casa de labranza de blancas paredes, donde llamó y salió a abrirle una linda muchacha.