ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Luego le vio convertirse en león y luchar fieramente...

Luego le vio convertirse en león y luchar fieramente con la Serpiente.
Todo era espuma y sangre y rugidos de coraje y amenaza. Por fin, rendidos y jadeantes, se soltaron, y la Serpiente, enfurecida, silbó:
Si tuviese agua de la ría,
¡qué pronto, león mío, te mataría!
Y rugió el león: