Gafur empezó a preguntarse si habría soñado todo aquello, pero se dio cuenta que si el hada era realmente su protectora, él haría bien en hacer lo que ella había dicho.
Así que a la mañana siguiente y muy temprano, se vistió con un harapiento manto, con remiendos y parches y hecho jirones, en cuyo forro cosió cien piezas de oro, toda su fortuna en este mundo.
Así que a la mañana siguiente y muy temprano, se vistió con un harapiento manto, con remiendos y parches y hecho jirones, en cuyo forro cosió cien piezas de oro, toda su fortuna en este mundo.