
-Más bien creo, -continuó la mariposa- que son tus momentos los que resultan prolongados: tres estaciones de vigilia y un invierno de sueño se me antojan larguísimos. Despiertas en primavera, disfrutas del verano, te acuestas a dormir en otoño, y pasas toda una estación durmiendo. Tu tiempo es tan largo que ni siquiera puedo calcularlo, pero creo que nuestros momentos son igualmente intensos.