ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Ahmed pensó deprisa, luego dijo:...

Ahmed pensó deprisa, luego dijo:
-Sé todo lo que has hecho y para salvarte te pido que hagas esto: coloca el rubí en seguida bajo la almohada de tu marido y olvídate de todo.
La mujer del joyero volvió a casa e hizo lo que le habían ordenado. Al cabo de una hora Ahmed la siguió y le dijo al joyero que ya había hecho sus cálculos y que por mediación del sol, la luna y las estrellas, el rubí estaba en ese momento bajo su almohada.
El joyero salió corriendo de la habitación como un ciervo perseguido y volvió a los pocos minutos sintiéndose el más feliz de los hombres. Abrazó a Ahmed como a un hermano y puso ante sus pies una bolsa con doscientas piezas de oro.