Con las alabanzas del joyero resonando en sus oídos, Ahmed volvió a su casa agradecido por poder satisfacer la codicia de su esposa. Creyó que no tendría que trabajar más, pero sus ilusiones se vinieron abajo al oír a su mujer:
-Esta es solamente tu primera aventura en el nuevo camino de tu vida. Una vez que se conozca tu nombre, ¡serás llamado a la Corte!
Ahmed protestó. No deseaba continuar su carrera de adivinador del futuro, era un trabajo arriesgado. Cómo podía esperar volver a tener otra vez la misma suerte, preguntó. Pero su mujer rompió a llorar y de nuevo le amenazó con le divorcio. Ahmed accedió a salir al día siguiente al lugar del mercado para anunciarse una vez más.
Como la vez anterior gritaba en voz alta:
-Esta es solamente tu primera aventura en el nuevo camino de tu vida. Una vez que se conozca tu nombre, ¡serás llamado a la Corte!
Ahmed protestó. No deseaba continuar su carrera de adivinador del futuro, era un trabajo arriesgado. Cómo podía esperar volver a tener otra vez la misma suerte, preguntó. Pero su mujer rompió a llorar y de nuevo le amenazó con le divorcio. Ahmed accedió a salir al día siguiente al lugar del mercado para anunciarse una vez más.
Como la vez anterior gritaba en voz alta: