La mujer salió corriendo y encontró a su marido quejándose en la esquina con una pierna rota. Lo llevó abajo y luego llorando se apresuró a ver al padre del chico.
-Tu hijo, -gritaba ella- ha sido el causante de un desastre. Ha tirado a mi marido por las escaleras de forma que se ha roto una pierna. Llévate a ese inútil de nuestra casa.
El padre estaba aterrado y corrió a regañar al muchacho: - ¿Qué broma perversa es ésta?, el Demonio debe habértela metido en la cabeza.
-Tu hijo, -gritaba ella- ha sido el causante de un desastre. Ha tirado a mi marido por las escaleras de forma que se ha roto una pierna. Llévate a ese inútil de nuestra casa.
El padre estaba aterrado y corrió a regañar al muchacho: - ¿Qué broma perversa es ésta?, el Demonio debe habértela metido en la cabeza.