El joven lo escuchó, se levantó, y dijo: -No es para tanto.
El rey estaba perplejo, pero muy feliz, y le preguntó cómo le había ido. -La verdad es que bastante bien -dijo-. Ya ha pasado una noche, las otras dos serán del mismo estilo.
Fue a ver al posadero, quien poniendo los ojos como platos dijo: -Nunca esperé volverte a ver con vida. ¿Ya has aprendido a tener miedo?
El rey estaba perplejo, pero muy feliz, y le preguntó cómo le había ido. -La verdad es que bastante bien -dijo-. Ya ha pasado una noche, las otras dos serán del mismo estilo.
Fue a ver al posadero, quien poniendo los ojos como platos dijo: -Nunca esperé volverte a ver con vida. ¿Ya has aprendido a tener miedo?