- ¡Pero no puedo entrar en el jardín de la Maga Violenta! ¡Se pondría furiosa contra mí!
- ¡Tú verás lo que haces! ¡Yo me moriré si no puedo comer una ensalada de repollos!
El pobre marido se quedó preocupadísimo. Y como quería mucho a su mujer y estaba muy ilusionado con la llegada del hijo que esperaban, se arriesgó a entrar en el jardín de la Maga.
- ¡Tú verás lo que haces! ¡Yo me moriré si no puedo comer una ensalada de repollos!
El pobre marido se quedó preocupadísimo. Y como quería mucho a su mujer y estaba muy ilusionado con la llegada del hijo que esperaban, se arriesgó a entrar en el jardín de la Maga.