La Maga Violenta volvió a la torre y aguardó.
No pasó mucho tiempo antes de que se oyera la voz del Príncipe que decía:
¡Rapunzel! ¡Rapunzel!
¡Échame tus trenzas!
No pasó mucho tiempo antes de que se oyera la voz del Príncipe que decía:
¡Rapunzel! ¡Rapunzel!
¡Échame tus trenzas!