Cuando estuvo bastante cerca gritó:
- ¡Rapunzel! ¡Rapunzel! ¡Ven en mi ayuda!
Y la muchacha salió a su encuentro. Al verle en aquella mísera condición, Rapunzel lloró apenada. Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del Príncipe que, al instante, quedaron sanos.
- ¡Rapunzel! ¡Rapunzel! ¡Ven en mi ayuda!
Y la muchacha salió a su encuentro. Al verle en aquella mísera condición, Rapunzel lloró apenada. Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del Príncipe que, al instante, quedaron sanos.