Por eso, en cuanto vio desembarcar a Ulises y sus compañeros, los tomó prisioneros, encerrándolos en su amplia cueva.
Allí, mirándolos con su enorme ojo solitario, les preguntó de dónde venían.
-De Troya -contestaron en seguida los viajeros.
Allí, mirándolos con su enorme ojo solitario, les preguntó de dónde venían.
-De Troya -contestaron en seguida los viajeros.