(Y por eso el Sol hace sudar y quema la piel.)
Volviéndose al Viento, la Estrella continuó:
-Tú también te olvidaste de tu madre. Desde hoy, soplarás siempre con fuerza, arrancarás los árboles y la gente te maldecirá constantemente.
Volviéndose al Viento, la Estrella continuó:
-Tú también te olvidaste de tu madre. Desde hoy, soplarás siempre con fuerza, arrancarás los árboles y la gente te maldecirá constantemente.