LA BOBINA MARAVILLOSA
Érase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber recibido una buena regañina por su pereza, suspiró tristemente diciendo:
- ¡Ay! ¿Cuánto seré mayor para hacer lo que me apetezca?
Érase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber recibido una buena regañina por su pereza, suspiró tristemente diciendo:
- ¡Ay! ¿Cuánto seré mayor para hacer lo que me apetezca?