- ¡Pececito de oro, buen pececito de oro ponte de cara a mí y de espaldas al mar!.
- ¿Qué quieres de mí?- le preguntó el pececito de oro.
El anciano le explicó con mucha pena:
- ¿Qué quieres de mí?- le preguntó el pececito de oro.
El anciano le explicó con mucha pena: