-Perdonadme a mí, por mi brusquedad...-dijo entonces el hombre, mostrando un pesar real, desarmado ante la sencillez de la dama, y deslumbrado por su belleza- Mi nombre es Tam, y mi trabajo es alejar a los humanos de este bosque, pues soy un Vigilante de los Elfos. Yo debería ahora dar el aviso y apresaros para someteros a su voluntad, mas no temáis, bella dama, que no lo haré. Antes bien, os acompañaré hasta los lindes de Carterbaugh, si aceptáis mi humilde compañía.