Quieres dejarnos sordos? -dijo el asno-. ¿Qué te ocurre?
— ¿Es que aunque mi canto debería ser alegre y anunciar buen tiempo para hoy -dijo el gallo-, que es el día de Nuestra Señora, cuando la Virgen lava las camisas del Niño Jesús y las pone a secar, no puedo estar alegre: mañana es domingo y mi ama tiene invitados. Ha ordenado a la cocinera que esta noche me corte el gaznate y me convierta en pepitoria. Por eso grito desesperado con todas mis fuerzas.
— ¡Bueno, ¿Por qué no te vienes con nosotros a Bremen? Siempre será mejor que la muerte que te espera. Además tienes una buena voz y contigo podríamos formar un cuarteto: vamos a Bremen a hacernos músicos.
— ¿Es que aunque mi canto debería ser alegre y anunciar buen tiempo para hoy -dijo el gallo-, que es el día de Nuestra Señora, cuando la Virgen lava las camisas del Niño Jesús y las pone a secar, no puedo estar alegre: mañana es domingo y mi ama tiene invitados. Ha ordenado a la cocinera que esta noche me corte el gaznate y me convierta en pepitoria. Por eso grito desesperado con todas mis fuerzas.
— ¡Bueno, ¿Por qué no te vienes con nosotros a Bremen? Siempre será mejor que la muerte que te espera. Además tienes una buena voz y contigo podríamos formar un cuarteto: vamos a Bremen a hacernos músicos.