La grulla, por su parte, se puso a meditar después de lo sucedido y se dijo: “ ¿Por qué lo rechacé? ¿Qué tiene de bueno vivir sola? Será mejor que me case con el airón”.
La grulla se dirigió a la casa del airón, pero de nuevo se vio rechazada.
La grulla se dirigió a la casa del airón, pero de nuevo se vio rechazada.