- ¿A dónde te lleva el Señor, comadre?
- ¡Ay comadre! Vivía en el rebaño de un labriego, pero la vida se me hizo allí insoportable: me echaban la culpa de todas las barrabasadas que hacía el borrego. Por eso decidí huir hasta donde mis patas me llevasen –explicó la oveja.
-Lo mismo te digo –contó la raposa-. Si mi marido roba una gallina, me echan las culpas a mí. Huyamos juntas.
- ¡Ay comadre! Vivía en el rebaño de un labriego, pero la vida se me hizo allí insoportable: me echaban la culpa de todas las barrabasadas que hacía el borrego. Por eso decidí huir hasta donde mis patas me llevasen –explicó la oveja.
-Lo mismo te digo –contó la raposa-. Si mi marido roba una gallina, me echan las culpas a mí. Huyamos juntas.