El diablo hizo lo que le pedía el jovenzuelo. Pero en cuanto se hubo introducido por el agujero hecho por un gusano, el muchacho lo tapó metiendo dentro un palito.
- ¡Ahora ya no te escapas! –exclamó metiéndose la nuez en el bolsillo.
- ¡Ahora ya no te escapas! –exclamó metiéndose la nuez en el bolsillo.