La sangre derramada, volvió a fecundar la tierra. De allí nacieron las Erinias, espiritus vengadores de los crímenes de sangre, Los
Gigantes y las Ninfas Melíades o de los
árboles de fresno. Del
órgano que cayó al
mar nació la diosa Afrodita, que encontraron flotando en una concha marina.