![Cubierto de nieve](/fotos_reducidas/1/4/4/01352144.jpg)
El comportamiento del gato es inherente a la especie y no se determina con fijeza según las razas a diferencia de lo que ocurre con el perro, solamente algunas razas de gatos que conllevan defectos físicos, sordera por ejemplo, presentan pautas diferenciables imputables lógicamente al defecto que deben superar y no a la pertenencia a una raza determinada.