Adopción y adquisición
Si nos hacemos cargo de un gatito abandonado, o aceptamos el regalo de un amigo, no podemos elegir el ejemplar con el que compartiremos probablemente muchos años de nuestra vida. El cachorro ya destetado debe presentar un aspecto sano, sin deformación de la cabeza, ni extremidades posteriores, que son indicativos inequivocos de un mal estado del animalito. Cuando nos decidamos a la compra, si ya tenemos pensada la raza del felino, es preferible recurrir a criadores especializados y asesorarnos de un experto. Una incorrecta sujeción de la cabeza, que parece estar continuamente ladeada, falta de apetito y apatia en el comportamiento, nos harán descontar en una primera selección a esos mininos. Posteriormente, separaremos los pequeños que se ajusten a la forma más precisa posible al estándar de su raza y ya con este pequeño conjunto de posibles elegidos comprobaremos el perfecto funcionamiento de sus sentidos: vista, oido y olfato, que generalmente serán adecuados, por lo que pasaremos a ser los responsables propietarios del gatito, que cumpliendo todos los requisitos previstos nos resulte más simpático y atractivo. El precio, siempre que esté a nuestro alcance, de un determinado ejemplar, hemos de considerarlo en su justa proporción, ya que hay que distribuirlo entre los catorce o quince años de vida probable del minino y no representa demasiado si se compara con los gastos
fijos de alimentación y atención veterinaria.
Si nos hacemos cargo de un gatito abandonado, o aceptamos el regalo de un amigo, no podemos elegir el ejemplar con el que compartiremos probablemente muchos años de nuestra vida. El cachorro ya destetado debe presentar un aspecto sano, sin deformación de la cabeza, ni extremidades posteriores, que son indicativos inequivocos de un mal estado del animalito. Cuando nos decidamos a la compra, si ya tenemos pensada la raza del felino, es preferible recurrir a criadores especializados y asesorarnos de un experto. Una incorrecta sujeción de la cabeza, que parece estar continuamente ladeada, falta de apetito y apatia en el comportamiento, nos harán descontar en una primera selección a esos mininos. Posteriormente, separaremos los pequeños que se ajusten a la forma más precisa posible al estándar de su raza y ya con este pequeño conjunto de posibles elegidos comprobaremos el perfecto funcionamiento de sus sentidos: vista, oido y olfato, que generalmente serán adecuados, por lo que pasaremos a ser los responsables propietarios del gatito, que cumpliendo todos los requisitos previstos nos resulte más simpático y atractivo. El precio, siempre que esté a nuestro alcance, de un determinado ejemplar, hemos de considerarlo en su justa proporción, ya que hay que distribuirlo entre los catorce o quince años de vida probable del minino y no representa demasiado si se compara con los gastos
fijos de alimentación y atención veterinaria.