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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Conseguida la obediencia fulminante, debe intentarse...

Conseguida la obediencia fulminante, debe intentarse el rehusado de alimentos y golosinas, pues a través de cebos envenenados podrí­an intentar algunos desaprensivos deshacerse de los insobornables guardianes. Esta fase, no demasiado complicada, exige que el alimento sea servido siempre en el mismo lugar y por un grupo reducido de personas familiares para el can. El auxilio del veterinario es absolutamente imprescindible, ya que ha de preparar eméticos o vomitivos de acuerdo con el peso del perro, que se ocultan en albóndigas de carne y se dejan abandonados en el itinerario que recorra o le son ofrecidos por extraños. Al tragar estos 'manjares' el perro detecta la sustancia amarga o que le produce arcadas y asocia el consumo de golosinas no incluidas en su dieta con la sensación desagradable. Repitiendo este proceso llegará el dí­a que el perro no acepte nada y reaccione violentamente contra el 'inductor' que le ofrece los cebos.