Alimentación, profilaxis, respecto a las enfermedades, e higiene externa e interna de nuestro perro son capítulos afortunadamente asumidos por muchos de los amos responsables y cuidadosos, pero, sin embargo, frecuentemente olvidamos un factor de suma importancia para la convivencia con nuestros propios semejantes, con las personas que forman cotidiana o eventualmente parte de nuestro entorno social. La posesión de un animalito que nos hace compañía, nos defiende o nos ayuda a distraer largas horas de soledad conlleva en algunas ocasiones un olímpico desprecio hacia nuestros vecinos a los que pueden molestar los ladridos, la proximidad física del animalito que 'sale de paseo' sin su correspondiente bozal y su correa y, por supuesto, los desechos orgánicos que los canes mal habituados