Los campeonatos de galgos en campo, muy tradicionales en España, aumentan la belleza de la carrera de los perros con sus persecuciones, quiebros, regates, subida de repechos y cobro de la veloz liebre. Desgraciadamente, el desembolso económico que exige la celebración de las competiciones, asi como la escasez de zonas abiertas con caza en donde practicarlas y la carestía de la cría y entrenamiento de los perros han hecho peligrar la continuidad de este deporte.