EL PERRO DE MUESTRA Y COBRO
El uso de la pólvora y la generalización de las armas de fuego revolucionaron la caza, y los perros de muestra se fueron especializando en la detección de pequeñas piezas, de forma que alertaran de su presencia al cazador sin espantarlas ni provocar la huida prematura a una larga distancia del hombre armado, que situase al animal silvestre fuera del alcance del arma. Cada raza tiene una característica peculiar para denunciar a su amo la proximidad de las virtuales presas, y en casos como los bracos, setter y pointer, pueden alcanzar tal perfección que la postura de las patas o la cola del perro señalan con bastante aproximación la especie oculta entre la broza. La muestra, casi siempre de una plástica bellísima, es la culminación de la búsqueda por el olfato del perro del animalito que se oculta en pleno campo de la vista del hombre. Cuando el can detecta la proximidad inmediata de la pieza queda inmóvil, apuntando directamente con el hocico hacia el lugar de refugio, como congelado, con una pata encogida, la cola en tensión generalmente siguiendo la línea del dorso, sin aproximarse ni
intervenir con sus movimientos hasta que el amo no se lo indique.
El uso de la pólvora y la generalización de las armas de fuego revolucionaron la caza, y los perros de muestra se fueron especializando en la detección de pequeñas piezas, de forma que alertaran de su presencia al cazador sin espantarlas ni provocar la huida prematura a una larga distancia del hombre armado, que situase al animal silvestre fuera del alcance del arma. Cada raza tiene una característica peculiar para denunciar a su amo la proximidad de las virtuales presas, y en casos como los bracos, setter y pointer, pueden alcanzar tal perfección que la postura de las patas o la cola del perro señalan con bastante aproximación la especie oculta entre la broza. La muestra, casi siempre de una plástica bellísima, es la culminación de la búsqueda por el olfato del perro del animalito que se oculta en pleno campo de la vista del hombre. Cuando el can detecta la proximidad inmediata de la pieza queda inmóvil, apuntando directamente con el hocico hacia el lugar de refugio, como congelado, con una pata encogida, la cola en tensión generalmente siguiendo la línea del dorso, sin aproximarse ni
intervenir con sus movimientos hasta que el amo no se lo indique.