a visita al veterinario
Siempre que sea posible, previa petición de hora, acudiremos con nuestro perro a las consultas procurando no alargar en las salas de espera esos tediosos y dilatados momentos que hemos de aguardar hasta que se nos recibe. Salas de espera atestadas de animales, generalmente perros, y lógicamente enfermos en la mayoría de los casos, deprimen el estado de ánimo del animal previsiblemente nervioso por las aglomeraciones y atemorizados por los quejidos de dolor de los pacientes que están siendo atendidos. Cuando no sea posible concertar la visita de forma que podamos ser atendidos prontamente habrá que solicitar un número o turno de espera y llevar al perro a pasear por las inmediaciones o dejarle descansando en el interior del automóvil. El propietario debe parecer alegre y confiado, halagando al can. Llegado nuestro turno y al entrar en la
sala de exploración saludaremos correctamente al veterinario, sujetando y tranquilizando al animal si fuese objeto de exploración. Siempre previa autorización facultativa obsequiaremos al perro con una golosina especifica a la salida del consultorio, demostrando que nos agradó su comportamiento.
Siempre que sea posible, previa petición de hora, acudiremos con nuestro perro a las consultas procurando no alargar en las salas de espera esos tediosos y dilatados momentos que hemos de aguardar hasta que se nos recibe. Salas de espera atestadas de animales, generalmente perros, y lógicamente enfermos en la mayoría de los casos, deprimen el estado de ánimo del animal previsiblemente nervioso por las aglomeraciones y atemorizados por los quejidos de dolor de los pacientes que están siendo atendidos. Cuando no sea posible concertar la visita de forma que podamos ser atendidos prontamente habrá que solicitar un número o turno de espera y llevar al perro a pasear por las inmediaciones o dejarle descansando en el interior del automóvil. El propietario debe parecer alegre y confiado, halagando al can. Llegado nuestro turno y al entrar en la
sala de exploración saludaremos correctamente al veterinario, sujetando y tranquilizando al animal si fuese objeto de exploración. Siempre previa autorización facultativa obsequiaremos al perro con una golosina especifica a la salida del consultorio, demostrando que nos agradó su comportamiento.