La obsevación minuciosa de estas pequeñas actitudes predispone al animalito a aceptar con resignación, si no de buen grado, otra próxima visita a un lugar que en su comprensión significa un ambiente extraño donde es manoseado, palpado y pinchado por una persona ajena ante la que su amo, máximo ser para él, parece sentir una extraña mezcla de temor y respeto.