Alojamiento: De una rusticidad asombrosa se adapta a los ambientes más dispares e incluso inhóspitos, viviendo perfectamente a la intemperie con una pequeña caseta acorde a su tamaño, así como en un cobertizo próximo al patio o al jardin de la vivienda unifamiliar o mansión rural. Por el contrario no soportan el confinamiento en un espacio reducido de un apartamento de la gran ciudad.