¿Como es?
De gran tamaño, con una alzada media hasta la cruz de 67 cm. en los machos y algo menos para las hembras, este sabueso, llamado también perro de San Huberto, tiene la cabeza poderosa y grande, pero estrecha, cráneo alto, abombado y con la protuberancia occipital muy evidente. Las mandíbulas son potentes, alargadas y anchas en su parte anterior. La nariz tiene la trufa grande, negra, con los orificios muy netos. Los labios son muy típicos, de gran tamaño, colgantes bastante por debajo de la boca. Ojos oscuros, muy hundidos y cubiertos en parte por los pliegues de la piel, de mirada triste y lastimera. Orejas muy largas, de inserción baja, que cuelgan apoyadas sobre la cabeza. Cuello largo y muy musculado, que permite al animal llevar la nariz cerca del suelo durante la carrera, con papada bien desarrollada. El cuerpo, fuerte, con pecho muy profundo y vientre ligeramente retraido. Patas rectas, fuertes, bien osificadas y muy musculosas, que terminan en pies compactos y apretados, 'de gato'. La cola es fuerte, gruesa en la base y elegantemente curvada en cimitarra, cuando el animal está en acción. El pelo es corto, denso y cerrado, con un tacto especial sobre la cabeza y las orejas. De color negro y fuego, o castaño rojizo unicolor, se admiten pequeñas estrellas blancas sobre el pecho. De origen muy antiguo, se encuentran referencias a esta raza ya en el siglo VIII, y al parecer los normandos lo introdujeron en las islas Británicas; su auge comienza con la selección cuidadosa que llevaron a cabo los monjes del santuario de San Huberto, en Bélgica. Hoy día, tal vez sea más popular en los Estados Unidos de Norteamérica que en la vieja Europa, que vio nacer este magnífico sabueso.
De gran tamaño, con una alzada media hasta la cruz de 67 cm. en los machos y algo menos para las hembras, este sabueso, llamado también perro de San Huberto, tiene la cabeza poderosa y grande, pero estrecha, cráneo alto, abombado y con la protuberancia occipital muy evidente. Las mandíbulas son potentes, alargadas y anchas en su parte anterior. La nariz tiene la trufa grande, negra, con los orificios muy netos. Los labios son muy típicos, de gran tamaño, colgantes bastante por debajo de la boca. Ojos oscuros, muy hundidos y cubiertos en parte por los pliegues de la piel, de mirada triste y lastimera. Orejas muy largas, de inserción baja, que cuelgan apoyadas sobre la cabeza. Cuello largo y muy musculado, que permite al animal llevar la nariz cerca del suelo durante la carrera, con papada bien desarrollada. El cuerpo, fuerte, con pecho muy profundo y vientre ligeramente retraido. Patas rectas, fuertes, bien osificadas y muy musculosas, que terminan en pies compactos y apretados, 'de gato'. La cola es fuerte, gruesa en la base y elegantemente curvada en cimitarra, cuando el animal está en acción. El pelo es corto, denso y cerrado, con un tacto especial sobre la cabeza y las orejas. De color negro y fuego, o castaño rojizo unicolor, se admiten pequeñas estrellas blancas sobre el pecho. De origen muy antiguo, se encuentran referencias a esta raza ya en el siglo VIII, y al parecer los normandos lo introdujeron en las islas Británicas; su auge comienza con la selección cuidadosa que llevaron a cabo los monjes del santuario de San Huberto, en Bélgica. Hoy día, tal vez sea más popular en los Estados Unidos de Norteamérica que en la vieja Europa, que vio nacer este magnífico sabueso.