Como es?
Perro de caza señorial y magnífico que puede medir entre 59 y 70 cm de alzada para los machos y de 57 hasta 65 cm en las hembras. La cabeza, noble, de cráneo ancho y piel perfectamente pegada tiene hocico de perfil recto o suavemente convexo con labios superiores ligeramente superpuestos a los correspondientes de la mandíbula inferior. La trufa, grisácea en la parte superior y de color hígado en el resto es amplia, con fosas nasales bien abiertas. Los ojos, no muy grandes, pueden ser de color ámbar o 'impares', uno ámbar y otro azul. Las orejas, anchas, de nacimiento alto, cuelgan pegadas al cuello con la puntá redondeada. El cuello, de longitud correcta, es redondeado y musculoso, uniéndose a un cuerpo de tronco sólido, pecho largo y profundo, con costillas suavemente arqueadas. Las extremidades, só1idas, muy elásticas, alargadas y perfectamente aplomadas, ofrecen un conjunto precioso, casi incomparable con el resto de la anatomía de estos canes. Los pies, gruesos, de dedos bien arqueados, son cerrados, casi redondos en las patas traseras y más ovalados en el par anterior. La cola, amputada a un tercio, nace relativamente baja. La capa tradicional es de pelo corto, liso y fino, en tonalidades uniformes del gris ratón al gris plateado sumamente peculiares. Actualmente se reconocen dos variedades más con pelo largo y pelo duro, respectivamente, que no han recibido la popularidad del braco de Weimar tradicional. Procedente, sin duda, del braco alemán, ya se tienen antecedentes de la raza a partir de 1600 en las rehalas propiedad de los nobles de Sajonia.
Perro de caza señorial y magnífico que puede medir entre 59 y 70 cm de alzada para los machos y de 57 hasta 65 cm en las hembras. La cabeza, noble, de cráneo ancho y piel perfectamente pegada tiene hocico de perfil recto o suavemente convexo con labios superiores ligeramente superpuestos a los correspondientes de la mandíbula inferior. La trufa, grisácea en la parte superior y de color hígado en el resto es amplia, con fosas nasales bien abiertas. Los ojos, no muy grandes, pueden ser de color ámbar o 'impares', uno ámbar y otro azul. Las orejas, anchas, de nacimiento alto, cuelgan pegadas al cuello con la puntá redondeada. El cuello, de longitud correcta, es redondeado y musculoso, uniéndose a un cuerpo de tronco sólido, pecho largo y profundo, con costillas suavemente arqueadas. Las extremidades, só1idas, muy elásticas, alargadas y perfectamente aplomadas, ofrecen un conjunto precioso, casi incomparable con el resto de la anatomía de estos canes. Los pies, gruesos, de dedos bien arqueados, son cerrados, casi redondos en las patas traseras y más ovalados en el par anterior. La cola, amputada a un tercio, nace relativamente baja. La capa tradicional es de pelo corto, liso y fino, en tonalidades uniformes del gris ratón al gris plateado sumamente peculiares. Actualmente se reconocen dos variedades más con pelo largo y pelo duro, respectivamente, que no han recibido la popularidad del braco de Weimar tradicional. Procedente, sin duda, del braco alemán, ya se tienen antecedentes de la raza a partir de 1600 en las rehalas propiedad de los nobles de Sajonia.