Las deyecciones de las aves son auténticos termómetros de la salud de los pájaros. Estas deben tener la textura y color correctos, ya que cualquier variación debe interpretarse, al menos, como un aviso. El interior de jaulones y pajareras, además de estar muy limpio, debe decorarse con suma atención. Un exceso de plantas arbustivas, demasiado ramaje o la existencia de numerosos recovecos y escondrijos, favorecerán la limpieza de los huéspedes huidizos que se hacen más ariscos, no dejándose ver e intentando ocultarse la mayoría de las veces de la vista de sus anfitriones.