Cuando por algún accidente se escapa o perece la canaria madre, la mejor solución para salvar la nidada estriba en repartir los pajarillos en otros nidos, cuyos huéspedes tengan la misma edad, dejando como máximo cinco polluelos para cada hembra. Otras veces, la madre 'empolla' bien pero no da de comer a sus hijos. Sacar adelante una nidada de canarios, en cualquiera de estos supuestos, es una tarea ardua y dificultosa, pero no imposible. El calor se les dará a los animalitos cubriéndolos con una plancha de algodón, sobre la que se dejará encendida una bombilla de infrarrojos a unos 40 cm de distancia, vigilando la idoneidad de temperatura o, mejor, colocando un termostato que interrumpa o reinicie la conexión y regulándolo a 40-41º C