Aquellas pajaritas poco aptas para la cría el primer año, pueden madurar y tornarse excelentes madres al año siguiente; pero, sin embargo, vale más aislar y reincidir con las que demostraron mejores aptitudes, reponiendo el número necesario con otra tanda de jóvenes del año anterior. Estas avecillas dudosas serán albergadas en las pajareras con machos sanos, pero que no importe que se hibriden con cualquier consorte.