Cuando a pesar de tener la certeza de poseer una pareja que ha efectuado libremente la elección de compañero y disponer todos los elementos precisos para la cría, transcurre el tiempo y no se ha iniciado el arreglo del nido ni la puesta de los huevos, se colocará el jaulón al exterior durante una tormenta de verano, cuidando de proteger el techo para que los animalitos no se mojen. Este pequeño truco suele dar muy buenos resultados con inseparables y periquitos, estimulando el afán de procreación no siempre fuerte en climas y condiciones alejados de su medio ambiente natural.