El período pupal varía según las especies consideradas, pero si se trata de 'Cerabtis capitata', su duración no será casi nunca inferior a siete días. La posibilidad de tener comida viva, fresca e inmóvil una semana supone una ventaja enorme para los aficionados que disponen de amplios jaulones exteriores o habitaciones pajareras, cuya limpieza y acondicionamiento efectúan los fines de semana. Mezclas de bizcocho con yema de huevo y requesón dificilmente se mantienen 'frescas', exentas de fermentaciones más de ocho-diez horas durante la primavera y menos de cuatro horas en pleno verano.