SEMILLAS PARA AVES
Muchas aves son exclusiva o parcialmente granívoras, es decir, que se alimentan de las semillas de un amplio espectro de vegetales herbáceos o arbóreos. El fruto que suele contener una o varias semillas es una transformación del ovario floral y puede ser carnoso o seco. En el primer caso, muchas especies botánicas atraen a diversos animales, ofreciéndoles la carne y pulpa de sus frutos, de forma que ingieran total o parcialmente las correspondientes semillas y éstas pueden así ser transportadas y diseminadas en lugares diferentes, con la protección y el abono suplementario de la deyección orgánica, entre la que son devueltas a la tierra. No ocurre así cuando es la propia semilla la que es destruida e ingerida como alimento, pero la gran cantidad que producen las plantas, así como el hecho mecánico de la ingestión, previo picoteo por las aves granívoras, favorece el desprendimiento y la diseminación por la tierra de aquellas que no son devoradas. Las aves granívoras que pueden mantenerse y criarse en cautividad deben recibir mezclas normalmente variadas de estos granos, que pueden adquirirse en envases ya reparados por las firmas dedicadas a la nutrición animal, o bien son conseguidas en herbolarios y comercios dedicados a la venta de semillas, permitiendo así que cada aficionado prepare sus propias mezclas en las proporciones que él crea más conveniente.
Muchas aves son exclusiva o parcialmente granívoras, es decir, que se alimentan de las semillas de un amplio espectro de vegetales herbáceos o arbóreos. El fruto que suele contener una o varias semillas es una transformación del ovario floral y puede ser carnoso o seco. En el primer caso, muchas especies botánicas atraen a diversos animales, ofreciéndoles la carne y pulpa de sus frutos, de forma que ingieran total o parcialmente las correspondientes semillas y éstas pueden así ser transportadas y diseminadas en lugares diferentes, con la protección y el abono suplementario de la deyección orgánica, entre la que son devueltas a la tierra. No ocurre así cuando es la propia semilla la que es destruida e ingerida como alimento, pero la gran cantidad que producen las plantas, así como el hecho mecánico de la ingestión, previo picoteo por las aves granívoras, favorece el desprendimiento y la diseminación por la tierra de aquellas que no son devoradas. Las aves granívoras que pueden mantenerse y criarse en cautividad deben recibir mezclas normalmente variadas de estos granos, que pueden adquirirse en envases ya reparados por las firmas dedicadas a la nutrición animal, o bien son conseguidas en herbolarios y comercios dedicados a la venta de semillas, permitiendo así que cada aficionado prepare sus propias mezclas en las proporciones que él crea más conveniente.