A pesar de estas ideas generales, hemos de tener en cuenta que la oscilación diaria de las temperaturas en la pecera, dentro de ciertos limites, no sólo es tolerable, sino que es biológicamente deseable y mantiene a nuestros huéspedes más sanos, vivaces y en mejores condiciones para la reproducción. Pequeñas variaciones térmicas entre el día y la noche son muy aconsejables.