En cautividad se procederá copiando lo mejor posible las costumbres naturales, para lo que se crían varios ejemplares jóvenes de la misma especie, preferiblemente más de 15, observando a partir de un tamaño determinado de los peces la formación de un casal, que se separa del resto y protege una zona o rincón del tanque. Cuidadosamente y procurando no equivocarnos, separaremos el par recién unido, dejándole solo en un acuario de cría para que consumen la perpetuación de la especie.