Dafnias y otros cladóceros
Varias especies del género Daphnia abundan en las aguas dulces de todos los biótopos, aunque, tal vez, sean más conocidas D. magna y D. pulex, cuyo ciclo en charcas y lagunetas continentales merece una atención particular de ecólogos y biólogos. Durante la estación templada, a partir de abril o mayo en nuestras latitudes, las hembras producen huevos partenogenéticos que, no necesitando el concurso fecundador de los machos, comienzan a evolucionar en otras hembras. Los huevos están encerrados en una cavidad incubadora situada en la región dorsal y son visibles por transparencia. El ciclo se continúa hasta el otoño, sucediéndose varias generaciones exclusivamente femeninas, pero coincidiendo con el acortamiento de las horas de luz diurna, descenso del fotoperíodo, y también con la disminución de las temperaturas medias, termoperíodo, aparecen machos más pequeños y no tan rechonchos como sus compañeras. La fecundación subsiguiente da origen a huevos resistentes, que quedarán incluidos en un repliegue del caparazón de la hembra portadora que recibe el nombre de efipio. Estos auténticos 'embriones invernantes' se desarrollarán al recibir una temperatura e iluminación correspondientes a la primavera o estación favorable, para originar otra serie de generaciones exclusivamente de hembras cerrando el ciclo anual.
Varias especies del género Daphnia abundan en las aguas dulces de todos los biótopos, aunque, tal vez, sean más conocidas D. magna y D. pulex, cuyo ciclo en charcas y lagunetas continentales merece una atención particular de ecólogos y biólogos. Durante la estación templada, a partir de abril o mayo en nuestras latitudes, las hembras producen huevos partenogenéticos que, no necesitando el concurso fecundador de los machos, comienzan a evolucionar en otras hembras. Los huevos están encerrados en una cavidad incubadora situada en la región dorsal y son visibles por transparencia. El ciclo se continúa hasta el otoño, sucediéndose varias generaciones exclusivamente femeninas, pero coincidiendo con el acortamiento de las horas de luz diurna, descenso del fotoperíodo, y también con la disminución de las temperaturas medias, termoperíodo, aparecen machos más pequeños y no tan rechonchos como sus compañeras. La fecundación subsiguiente da origen a huevos resistentes, que quedarán incluidos en un repliegue del caparazón de la hembra portadora que recibe el nombre de efipio. Estos auténticos 'embriones invernantes' se desarrollarán al recibir una temperatura e iluminación correspondientes a la primavera o estación favorable, para originar otra serie de generaciones exclusivamente de hembras cerrando el ciclo anual.