
Cuando interesa forzar la brotación de jóvenes plántulas, puede desenterrarse cuidadosamente una planta madre de gran porte, que lleve varios meses en el mismo lugar. Si la raíz es gruesa y alargada, se cortan varios trozos procurando dejar la fracción más gruesa, rodeada de pequeñas raicillas bajo el tallo del vegetal inicial, que se reintegra a su emplazamiento primitivo. Los otros fragmentos de 3 ó 4 cm de longitud, se dejan en un recipiente con tierra saturada de agua, lo que acelera la formación de hijuelos.