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Reproducción
En acuario se reproduce sin intervención por estolones que van ahijando diminutas plantitas, cuyo enraizamiento suele producirse de forma natural. En recipientes adecuados se llega a formar una auténtica trama subterránea, que origina nuevas vallisnerías. Si se desean transplantar a otros acuarios se cortarán los estolones (especie de ramillos que unen las plántulas) con unas tijeras muy afiladas, desenraizando cuidadosamente los pies que deseemos trasladar. En el terreno destinado se abre un hueco en la tierra que tenga una profundidad ligeramente mayor que la longitud de las raíces, y sujetando la plantita verticalmente se aporcará la arena hasta cubrir la base de las hojas, para
que quede agarrada al fondo. Después, y esto es muy importante, ha de tirarse suavemente del extremo de las hojas hacia arriba, hasta descubrir el cuello de la planta, de forma que las raíces más superiores queden al nivel del suelo. Si no se pudrirán las hojas desde su base, originando la muerte del vegetal.
En acuario se reproduce sin intervención por estolones que van ahijando diminutas plantitas, cuyo enraizamiento suele producirse de forma natural. En recipientes adecuados se llega a formar una auténtica trama subterránea, que origina nuevas vallisnerías. Si se desean transplantar a otros acuarios se cortarán los estolones (especie de ramillos que unen las plántulas) con unas tijeras muy afiladas, desenraizando cuidadosamente los pies que deseemos trasladar. En el terreno destinado se abre un hueco en la tierra que tenga una profundidad ligeramente mayor que la longitud de las raíces, y sujetando la plantita verticalmente se aporcará la arena hasta cubrir la base de las hojas, para
que quede agarrada al fondo. Después, y esto es muy importante, ha de tirarse suavemente del extremo de las hojas hacia arriba, hasta descubrir el cuello de la planta, de forma que las raíces más superiores queden al nivel del suelo. Si no se pudrirán las hojas desde su base, originando la muerte del vegetal.